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Al escribir el título, pensé que seguramente el tercero es el más nombrado y temido de los diagnósticos cuando vas o acabas de ser mamá. Antes de conocer la psicología perinatal era lo único que había escuchado, pese a ser psicóloga y ojo, que cuando conocí y fui consciente de la existencia del Baby Blues no era primeriza, estaba cursando mi segundo postparto.

Hoy cuando estoy terminando mi formación en salud mental perinatal, te quiero contar que la depresión postparto no se inicia sólo y únicamente en el período posterior al parto, generalmente se viene gestando en el embarazo y  por ello los teóricos del área prefieren llamarlo Depresión Perinatal. Se ha visto que es más probable que emerjan cuadros depresivos en el postparto cuando los has presentado anteriormente; embarazo o incluso antes de saber que serías mamá.

El embarazo y el postparto se caracterizan por ser un período de alta vulnerabilidad, donde en ocasiones resulta difícil saber si las molestias o síntomas corresponden a los cambios esperados del proceso o si más bien corresponden a la sintomatología propia de una depresión.

El poder conversar de cómo te sientes es importante y muchas veces lo evitamos y ocultamos porque nos hace sentir culpa o vergüenza.  Nuestra sociedad nos ha enseñado que no podemos sentirnos mal cuando estamos viviendo una de las experiencias que se cataloga como una de las más hermosas e idealizadas; la maternidad. Pero la verdad es que sentirse extraña, triste y melancólica es bastante común sobre todo las dos primeras semanas después del parto.

La tristeza postparto o Baby Blues se parecen con la depresión perinatal en los algunos aspectos: tristeza, cansancio o fatiga, falta de concentración, llanto repentino, cambios en el apetito, ambivalencia emocional e incertidumbre. Pero tienen grandes diferencias, el Baby Blues tiende a desaparecer posterior a dos semanas del parto cuando las hormonas vuelven a niveles normales, los cambios emocionales son leves, no requiere tratamiento pero si cuidados y red de apoyo, puedes realizar actividades cotidianas y se presenta en cerca de un 50% de los casos.

En cambio la depresión aparece durante el período perinatal, existen pensamientos de muerte y daño, hay una dificultad para conectar con el recién nacido y se vive con una sensación de rechazo, incapacidad para disfrutar, perdida del interés y motivación, insomnio o dormir demasiado, irritabilidad, ansiedad e inquietud, aislamiento, retraimiento y culpa, necesita si o si tratamiento, cuidados y apoyo.

De ahí deviene la importancia de detectar a tiempo el malestar psicológico o complicaciones psicológicas. El bienestar de la mamá es clave en el desarrollo de un apego seguro con el recién nacido, en la medida que esa mamá este y se sienta bien podrá atender, leer y responder a las necesidades de su hij@.

Muchas veces nos preocupamos mucho del cómo está el recién nacido, si se está alimentando correctamente, si esta subiendo de peso, pero no tantas veces nos preocupamos de como está la mamá.

Te invito a que si tienes dudas o crees necesitar orientación me escribas y podamos conversarlo y si tienes a alguien cerca que acaba de recibir a su hijo o hija, te mantengas cerca, disponible y ojalá le preguntes como está, cómo se ha sentido y si necesita algo de tu parte.

 

Un abrazo.

 

Pame.


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